jueves, 22 de febrero de 2018

HOY HACE UN AÑO.

HACE UN AÑO
Hace justo un año, a estas horas estaba  facturando mi maleta en el aeropuerto de Adolfo Suarez, para dar comienzo a un sueño que me había estado persiguiendo durante más de 10 años: visitar Costa Rica.
Billete de ida y vuelta con el máximo de tiempo permitido como turista, 89 días, cansancio de antemano de haber pasado la noche en el aeropuerto, pero con  unas ganas tremendas de cruzar al otro lado del Atlántico y poder perderme entre las selvas míticas de las que tanto había oído hablar.
Un par de escalas,  casi 14 horas de vuelo (creo recordar) y la llegada al aeropuerto de Alajuela, modesto pero funcional  excepto el control de aduanas que más bien parecía un laberinto maquiavélico por el que tenías que  pasar quisieras o no y la indolencia de los funcionarios  aduaneros, se ve que afectados por el tremendo calor que  hacía a las 10 de la mañana, teniendo en  cuenta que allí el sol sale a las 4,30 más o menos.
Tres meses de patear Centroamérica, de recorrer parques, espacios naturales, plantaciones, playas, de comer “Gallopinto” y “casados” que sigue siendo en ambos casos arroz con frijoles, solo depende si lo comes al mediodía o por la noche, de recibir miles de pinchazos de los zancudos, esos mosquitos que parecen helicópteros, de recibir la amabilidad y el cariño de los ticos, de cruzar torrenteras, de caminos infernales, de noches en blanco en plena selva, por el aullido de los monos de amaneceres indescriptibles amenizados por una orquesta bien afinada por millones de seres ocultos tras la frondosidad de la selva, de la protección constante de la familia Navarro, de san Isidro Pérez Zeledón  ; tres meses inolvidables de emociones, sentimientos y experiencias.
Había pensado, cuando estaba por esos lares escribir un nuevo libro, pero me da mucha pereza marcarme un tiempo dedicado a las teclas y más con  el estupendo tiempo que hemos disfrutado a lo largo de este año, que a lo único que invita es a dar paseos en moto y recorrer los montes y riberas.

En este largo año, no me ha dado tiempo para escribir ese libro, pero si a plasmar algunas  anécdotas, creo que son 10-15,  que os iré descolgando a lo largo de este mes, con la  idea de que alguno de vosotros  la lea, cosa que dudo, pero os animo a hacer, ya que esta vez no os lo vendo, os lo regalo,  a que me comentéis y a que  las críticas o loas surjan de vuestras opiniones.
Si tengo la suerte de ahorrar dinero, cosa relativamente fácil, con los  dos euros que me ha subido la pensión este amado gobierno, pues en  poco más de 200 años podre haber ahorrado para el billete y la estancia y para entonces prometo un libro de más de 500 páginas.
De momento, no habrá papel impreso y usaré mi blog: “moterusvetustus.blogspot.es”



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