sábado, 24 de febrero de 2018

COSTA TICA; PÓRTICO DEL EDEN..-2


COSTA TICA; PÓRTICO DEL EDEN.
VISITA A CENTROAMERICA.
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El VIAJE
Creo que en alguna crónica ya os he comentado las incomodidades del viaje, la llegada a San José, al aeropuerto de la Alajuela y la locura que supone moverte en un bus prehistórico, por un territorio completamente desconocido cargado con una mochila gigante y una maleta tipo ataúd, rodeado de una maraña de personas apretadas sudorosas, (no más que yo) que regresaban a sus casas después de una agotadora jornada laboral a 35 grados de temperatura, que mezclado con el casi 98 % de humedad forman una combinación explosiva.
Gracias a la inestimable ayuda de un joven desconocido, conseguí  llegar al autobús que me llevaría a centro de la ciudad de San José, capital del  estado y  una vez allí localizar uno de los muchos hoteles que  hay en el entorno. Llego al primero y cuando pregunto precio, me dicen que si soy tico o turista, así que sin más me doy la vuelta, se le ve el plumero al recepcionista y  me meto en un bar, pido una birrita y me pongo a charlar con los lugareños que me  señalan una pensión  de 22  dólares la noche, muy modesta pero limpia; está a 20 metros, así que me convierto de nuevo en mula de carga y me persono en la pensión, donde el recepcionista, camarero, director propietario, me muestra una habitación con baño, un ventilador ruidoso de techo y una tele minúscula;  me  dice que le pague por adelantado los 22 dólares estipulados. Me da la llave y el mando y no toma nota de mi identidad.
Básicamente es un picadero  que debió conocer tiempos mejores que se alquila a 3.000 colones las dos horas. Reviso la cama, las sabanas estas limpias y el baño brillante
La noche pasa entre el infernal ruido del ventilador y los claxon de los coches que circulan por la avenida central de San José;  esta ciudad es tremendamente ruidosa, los claxon la voces de los vendedores callejeros, los gritos incongruentes de los borrachos, no dejan de sonar a lo largo de toda la noche
A las 5 de la mañana  la cuidad hierve, ya es pleno día, todo el mundo está en pie y yo no voy a ser menos, así que  una ducha  rápida y a la  rúa a  ver la cuidad de día; dejo el equipaje en el hotel que me lo permite hasta las  dos de la tarde y parto con mi mochila pequeña y mis inseparables cámaras de fotos.
Ya me había comentado Beatriz, que San José es una de las ciudades más sucias y más feas del planeta, pero aun así  pensaba encontrarle sus encantos
Un desayuno, café con leche y un pastelito  caminata por los bulevares,  fotos, mas fotos, ojos avizor, borrachos tendidos en las calles, mendigos cubiertos con cartones, vendedores ambulantes  gritando sus mercaderías; pilas, cargadores,  baterías  de móvil, auriculares, calcetines,  Paraguas, medias, mangos, papayas, bananos…  y  así una retahíla de artículos inacabable, que cientos de personas intentan vender a los transeúntes.
Es  sábado, a las 12 am,  he quedado con Beatriz, la chica de la terraza de la ribera Tormes, tiene clase en la Universidad de san José; es profesora de Religión en Pérez Zeledón y los sábados aprovecha para ampliar su formación académica.
 Termina a las 11, así que hago tiempo quemando suela bajo el tórrido calor tropical de san José; trato de buscar la sombra pero la nula inclinación del sol hace que la tarea sea misión imposible.
Me llama sobre las 9, diciendo  que se retrasa, al menos una hora, así que decido buscar una oficina de turismo y acaparar material para los meses que me esperan en estas tierras.
Le pregunto a un policía municipal y el hombre me acompaña a la oficina, habla con el responsable y se hace con unos veinte folletos de los diversos parques naturales, volcanes, ciudades, mapas provinciales y mapa general de Costa Rica que me entrega para que me los estudie con calma.
Como buen  “parpusa”, me da una serie de consejos,  para evitar que los rateros me quiten la cartera, los vendedores me timen  o los traficantes de droga me lleven por mal camino, ya que un hombre mayor solo por san José y con pintas de yanqui es carne de cañón.  “Hay muchos descuideros amigo, vaya con cuidado”
Le explico que yo también soy del gremio y que tengo  más de 40 años de experiencia en estas lides, pero que agradezco sus consejos, ya que como ciudadano y policía de este país tiene más conocimientos que yo sobre la delincuencia local.
Al saber que somos de la misma profesión, se empeña en que tomemos un “café chorreado”, en un casino que hay en la  Avenida central, y sin cortarse un pelo, deja solo a su colega de patrulla y nos metemos  en el casino, le dice al  gerente que soy policía español y que vamos a tomar un café chorreado, -  el hombre estaba muy contento de conocer a un madero.
Me mareó a preguntas y lógicamente le fui contestando a ellas con arreglo a mis conocimientos, luego de tomar ese café al que se empeñó en invitarme me llevó de nuevo a la plaza de la Cultura y allí los dos esperamos a que llegase Beatriz.

En tanto aparecía bajo a los sótanos de  la plaza donde se encuentra el museo figuras precolombinas de oro más grande del mundo. No saco el tique pero en el hall de la entrada hay varias réplicas expuestas para hacerse una idea de lo que puede albergar el interior, además se nota el efecto del aire acondicionado. Me marco la obligación de visitarlo algún día, junto con otros museos interesantes de la cuidad, porque la arquitectura  de San José no tiene ningún interés……


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