Mis amados en la pobreza,
en el gremio de los desposeídos, de los parias, de los donnadies que poblamos el
mundo, de las baldosas que formamos los cimientos de la pirámide social, de los
que sufrimos el peso mayor de ese monumental edificio; esta mañana me levanto
con la neurona súper fatigada; toda la noche dándole vueltas a la rocambolesca historia de un “Tribunal Supremo” que en un arranque de
locura transitoria, decide declarar en
sentencia firme que, la banca ha de
pagar unos determinados gastos, (los notariales), en lugar del paganini de
siempre.
Pues bien, antes de que
acabásemos los hipotecados, de dar
saltitos de alegría por nuestros pasillos, con la malsana intención de recuperar entre 500 y 2.000 eurines, que según
esta sentencia nos habían cobrado indebidamente, la banca, el capital y sus adláteres
se ponen a dar brincos de caballo desbocado, hacen su función de teatro
previamente diseñado y, “bajan” artificiosamente la cotización de sus valores
en bolsa, joden a los pequeños inversores dejando sus ahorros a la altura del
betún, generan la alarma social necesaria, para que esos pequeños ahorradores,
presas des pánico, vendan sus acciones a “pedo de puta” y ellos, compran a pobres conejitos asustados esos activos infravalorados
y, ahí quietecitos con la escopeta cargada, hasta que un nuevo “tribunal
supremo” dicta que, esa sentencia no es buena, que genera alarma y descapitalización,
que daña gravemente la economía española ( será la econosuya); y la da un giro
de 180 grados sentenciando que pague el de siempre, el currito, el hipotecado y
no el hipotecando.
La Bolsa da un giro de “bolero”,
las acciones se recuperan milagrosamente y la banca las revende en una operación de tres días
con al menos cinco enteros por encima de su precio de compra. La todopoderosa y “todorescatada” banca gana de nuevo por partida doble.
En esta tontería de
juego malabar, la banca se ha embolsado leoninas
cantidades de activo, así que aunque ahora haya una tercera sentencia dirigida por el señor que daba clases a la
banca, en sus horas libre como juez del Tribunal Supremo (que ironía del
destino), lo cierto es que ya han pillado millones suficientes con esta
maniobra para pagar las notarías y aun
les sobra para mariscar, champanear y putear a todo trapo durante larga
temporada.
Ahora los curritos
deudores a callar, a rezar por eso de “virgencita que me quede como estoy” y a
seguir engordando barrigas y bolsillos.
Son los juegos de amor de la banca y la política en tríos
o cuartetos incestuosos, con algunos de sus hijos, ahijados, protegidos o “becarios”
a los que ya estamos acostumbrados y no nos causan ningún tipo de asombro.
Para contentarnos, a
veces en su juego de triles, cuando surge un partido político con tintes sociales y ven que va consiguiendo
adeptos y seguidores más o menos fervorosos,
y, conocedores como son de la condición humana, permiten, es más incitan
a sus dirigentes, a pasarse a un estadío
superior al que ostentaban en la escala
económica y, cuando estos, han
adquirido estatus de “capitalista”,
descargan su ira sobre ellos a través de la prensa la radio y la televisión que tienen a su
servicio, para desprestigiar a la persona y especialmente al movimiento
político que nació con ideas reformistas,
para que todo siga igual.
En definitiva amiguitos paganinis, como en los
casinos, la banca siempre gana aunque sea haciendo manejos de trilero, colocando “ imanes
diversos” a los lados de la ruleta, para que la bolita siempre caiga en la
casilla marcada y en la que ningún jugador
había apostado.
….Siete rojo, impar y
pasa, !! Gana la Banca!!
Somos bobetes de baba.
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