viernes, 17 de noviembre de 2017

¿Equiparación salarial?
Parece ser que de una vez por todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado (PN y GC) se unen para reclamar que se corrija un  tremendo agravio comparativo con policías locales, autonómicas y forales.
El día 8 de enero hará 44 años que ingresé en la academia especial de la Policía Armada,  época en que el sistema no permitía  no huelgas, ni manifestaciones, ni ningún tipo de protesta, y menos a las FF.CC.SS.EE. que éramos militares.
Al poco tiempo del fallecimiento de Franco, un grupo de policías armados, con el apoyo de algún que otro guardia civil y algún inspector de policía; sin whatsApp, sin móvil, sin sindicatos apoltronados, sin consejo de la policía, tramamos una urdimbre para manifestarnos, en la  Plaza de Oriente de Madrid: Nadie nos dirigía , nadie nos llevaba de la mano, pero el sentimiento de injusticia se había grabado a fuego en todos nosotros y como un solo hombre ( entonces no había mujeres en estos cuerpos ) nos plantamos en Plaza de O<tiente.
Miles de hombres, miles de personas nerviosas, excitadas, con lágrimas en los ojos, sabiendo que si nos pillaban iríamos a la calle o a prisiones militares, acusados de sedición y de inducción a la rebelión.
Una jovencísima periodista me abordó preguntando que colectivo éramos; al decirle que policías, no podía creerlo hasta que vio mi identificación.  (Tuvimos una cortísima entrevista en la puerta la cafetería “Cerebro”  trabajaba para el diario informaciones, que esa misma tarde se hizo eco de la noticia.
Miles de hombres circulamos por las calles de Madrid hasta llegara la puerta del Ministerio del Interior,  no sin antes ser interceptados por un General que por entonces era nuestro jefe, y a la altura de la calle Cea Bermúdez, que se plantó en medio de la calle Gritando ¿ Dónde vais manada de borregos? La manifestación se detuvo unos instantes, pero  siguió su marcha pasando de los insultos y amenazas del  referido general.
Frente al ministerio del interior nos manifestamos, elevamos las pocas pancartas que  teníamos y alguien llamó a las unidades de las banderas móviles, que eran las antidisturbios de entonces.
Compañeros  frente a frente, unos de paisano, otros uniformados, dos grupos de personas pensando lo mismos ¿Habrá  carga policial? y si la hay ¿cómo se resolverá?  Había muchos hombres armados entre los manifestantes y evidentemente los que estaban de servicio todo portaban sus armas.
En un arranque de coraje, alguien se negó a obedecer la orden de cargar sobre los compañeros y el sentimiento  se hizo unánime así que en esa batalla de miradas cientos de ojos se nublaron por las lágrimas de unidad y solidaridad.
El General Chicharro se acercó a uno de los manifestantes que  estaba en primera fila (yo estaba  tres posiciones a la izquierda de este compañero, cuando el general intentó darle una bofetada respondiendo el manifestante con un soberano guantazo que  hizo saltar la gorra  por los aires.
Su escolta hizo ademan de sacar el arma para protegerle, pero en ese instante se vieron cientos de culatas asomar en los cinturones.
 Como los compañeros se negaban a  cargar, accedieron a recibir una comisión, que subió al despacho del  jefe,  del que  ya no bajaron. Desde el balcón esos compañeros nos pedían que nos fuéramos, que todo estaba bien, que estaba negociando, hasta que  empezamos a desfilar.
De caminos al metro, nos enteramos que se había movilizado una unidad e tanquetas del ejército para ir a sofocar la manifestación, lo que no sé  es si llegaron a salir del Goloso o solo estaban alertados.
Varios compañeros fueron encarcelados, expulsados, torturados, Franco había muerto pero no su régimen de castigos y represiones. Al fin se consiguió esa subida de salarios y sobre todo la anhelada seguridad social.
No mucho tiempo  después  unos  dos años, en el acuartelamiento de Basauri, tras la muerte de una cantidad tremenda de policías y guardias  civiles en atentados en el país vasco, (también sin sindicatos, ni consejos de policía, ni gaitas) retiramos todo el servicio policial, excepto emergencias y custodia de instalaciones y no encerramos  en el acuartelamiento,
Fue una situación muy dura, peor ya  el gobierno  se encargó de poner las cosas en su sitio, puso unidades de intervención a vigilarnos  y lo hicieron al dedillo, en lugar de unirse al movimiento, hubo tremendos roces, y al final el famosísimo capitán Villar, jefe de mi unidad, nos entregó a todos y cada uno de sus subordinados un escrito en el que se nos acusaba de sedición e inducción a la rebelión y se nos mandaba a nuestras casas,  dándonos 48 horas para abandonar el país  vasco.
Mañana compañeros tenéis una oportunidad única de solventar de una vez por todo ese agravio, esa marginación, ese desprecio institucional hacia vosotros que vienen mostrando los diferentes gobiernos hacia los CC.FF.SS.EE.
 A mí ya no me afecta, pero meteros en la cabecita que los logros e consiguen con la lucha diaria, y que la bici se mantiene en pie si sigues dando pedales, en otro caso  se viene el suelo.
La policía española está suficientemente preparada como para tener un salario digno y que evidentemente debéis de reivindicar, no os conforméis con pagar la letra del Polo, y la cuota del gimnasio, os merecéis algo más.



No hay comentarios:

Publicar un comentario