jueves, 5 de octubre de 2017

¿Qué es más humillante?
Días llevamos viendo las incalificables imágenes que las televisiones  desde la primera a la última, desde las púbicas a las privadas, ahítas de carnaza, nos vienen ofreciendo, en las que los agentes  de la Seguridad del Estado  son machacados, vilipendiados, humillados, insultados maltratados vejados, hasta la extenuación por los perros, de presa del independentismo, una buena parte de ellos en nómina de la administración catalana, por cierto,
Imágenes que se reparten a cualquier hora, (aquí no hay horarios infantiles), aquí no se protegen los derechos del menor, aquí la violencia es  lo que da de comer a  muchos empesebrados, que no dudan en  llenar las pantallas de cómo una serie de señores, acosan a otra serie de trabajadores públicos que exclusivamente cumplen con lo que la Constitución, las Leyes y  el reglamento le exigen.
Un policía, un Guardia Civil, ponen el mismo énfasis, esfuerzo, dedicación y entrega, en reprimir una manifestación ilegal, que en detener al violador de vuestra hija,  al  maltratador de vuestra hermana,  en poner a disposición judicial a quien os  atracó a punta de navaja a la salida del banco; Son los mismos que rescataron a vuestro hermano en la montaña, los que ayudaron a vuestro padre en el accidente que sufrió en la carretera y los mismos que pasan  cientos de noches y festivos fuera de casa protegiéndoos y cuidando que nada inquiete vuestro sueño en la medida de lo posible.
Que humillación, que un grupo de personas les insulten y le amenacen…
Pero ¿cuál es la mayor humillación,  la que les hacen estos  individuos cargados de odio y de adoctrinamiento,  o la que le hacen sus propias autoridades?
Servidores del orden,  sin derecho a horas extras, sin  fines de semana, sin prácticamente derechos sindicales, con salarios de miseria, se ven  obligados por el Gobierno  a desplazarse a lugares de conflicto, pero con una mano atada a la espalda, sin que un solo representante del Gobierno de la nación de la cara por ellos, pero si asiste a  hacerse la foto de rigor en la imposición de medallas a ciertos jerarcas que nunca es su vida se pusieron delante de un atracador, de un violador o de un manifestante ilegal. 
Estos esclavos de la seguridad sufren cada día el menosprecio y el abandono de los que deberían cuando menos salir en su defensa ya que ellos por su cuenta no toman las decisiones de intervenir en los conflictos, siempre se actúa bajo órdenes directas de la administración
Qué vergüenza, que estos hombres y mujeres, tengan que hospedarse en hoteles de chichinabo, en barcos y en última instancia en  literas de acuartelamientos militares hacinados de 4 en 4  en cada habitación
Qué pena que estos trabajadores públicos no  puedan descansar ni una sola noche por el acoso de los  agitadores; pero nadie va a darle la barrila a  los miembros del gobierno que en último caso son los que dieron las ordenes.

Que buenos vasallos si tuviesen buen señor.

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