COSTA
TICA; PÓRTICO DEL EDEN.
VISITA
A CENTROAMERICA.
2
El
VIAJE
Creo que en alguna
crónica ya os he comentado las incomodidades del viaje, la llegada a San José,
al aeropuerto de la Alajuela y la locura que supone moverte en un bus
prehistórico, por un territorio completamente desconocido cargado con una
mochila gigante y una maleta tipo ataúd, rodeado de una maraña de personas
apretadas sudorosas, (no más que yo) que regresaban a sus casas después de una
agotadora jornada laboral a 35 grados de temperatura, que mezclado con el casi
98 % de humedad forman una combinación explosiva.
Gracias a la
inestimable ayuda de un joven desconocido, conseguí llegar al autobús que me llevaría a centro de
la ciudad de San José, capital del
estado y una vez allí localizar
uno de los muchos hoteles que hay en el entorno.
Llego al primero y cuando pregunto precio, me dicen que si soy tico o turista,
así que sin más me doy la vuelta, se le ve el plumero al recepcionista y me meto en un bar, pido una birrita y me pongo
a charlar con los lugareños que me
señalan una pensión de 22 dólares la noche, muy modesta pero limpia;
está a 20 metros, así que me convierto de nuevo en mula de carga y me persono
en la pensión, donde el recepcionista, camarero, director propietario, me
muestra una habitación con baño, un ventilador ruidoso de techo y una tele
minúscula; me dice que le pague por adelantado los 22
dólares estipulados. Me da la llave y el mando y no toma nota de mi identidad.
Básicamente es un
picadero que debió conocer tiempos
mejores que se alquila a 3.000 colones las dos horas. Reviso la cama, las
sabanas estas limpias y el baño brillante
La noche pasa entre el
infernal ruido del ventilador y los claxon de los coches que circulan por la
avenida central de San José; esta ciudad
es tremendamente ruidosa, los claxon la voces de los vendedores callejeros, los
gritos incongruentes de los borrachos, no dejan de sonar a lo largo de toda la
noche
A las 5 de la
mañana la cuidad hierve, ya es pleno día,
todo el mundo está en pie y yo no voy a ser menos, así que una ducha
rápida y a la rúa a ver la cuidad de día; dejo el equipaje en el
hotel que me lo permite hasta las dos de
la tarde y parto con mi mochila pequeña y mis inseparables cámaras de fotos.
Ya me había comentado
Beatriz, que San José es una de las ciudades más sucias y más feas del planeta,
pero aun así pensaba encontrarle sus
encantos
Un desayuno, café con
leche y un pastelito caminata por los bulevares, fotos, mas fotos, ojos avizor, borrachos
tendidos en las calles, mendigos cubiertos con cartones, vendedores
ambulantes gritando sus mercaderías;
pilas, cargadores, baterías de móvil, auriculares, calcetines, Paraguas, medias, mangos, papayas,
bananos… y así una retahíla de artículos inacabable, que
cientos de personas intentan vender a los transeúntes.
Es sábado, a las 12 am, he quedado con Beatriz, la chica de la terraza
de la ribera Tormes, tiene clase en la Universidad de san José; es profesora de
Religión en Pérez Zeledón y los sábados aprovecha para ampliar su formación
académica.
Termina a las 11, así que hago tiempo quemando
suela bajo el tórrido calor tropical de san José; trato de buscar la sombra
pero la nula inclinación del sol hace que la tarea sea misión imposible.
Me llama sobre las 9,
diciendo que se retrasa, al menos una
hora, así que decido buscar una oficina de turismo y acaparar material para los
meses que me esperan en estas tierras.
Le pregunto a un
policía municipal y el hombre me acompaña a la oficina, habla con el
responsable y se hace con unos veinte folletos de los diversos parques
naturales, volcanes, ciudades, mapas provinciales y mapa general de Costa Rica
que me entrega para que me los estudie con calma.
Como buen “parpusa”, me da una serie de consejos, para evitar que los rateros me quiten la
cartera, los vendedores me timen o los
traficantes de droga me lleven por mal camino, ya que un hombre mayor solo por
san José y con pintas de yanqui es carne de cañón. “Hay muchos descuideros amigo, vaya con
cuidado”
Le explico que yo
también soy del gremio y que tengo más
de 40 años de experiencia en estas lides, pero que agradezco sus consejos, ya
que como ciudadano y policía de este país tiene más conocimientos que yo sobre
la delincuencia local.
Al saber que somos de
la misma profesión, se empeña en que tomemos un “café chorreado”, en un casino
que hay en la Avenida central, y sin
cortarse un pelo, deja solo a su colega de patrulla y nos metemos en el casino, le dice al gerente que soy policía español y que vamos a
tomar un café chorreado, - el hombre
estaba muy contento de conocer a un madero.
Me mareó a preguntas y
lógicamente le fui contestando a ellas con arreglo a mis conocimientos, luego
de tomar ese café al que se empeñó en invitarme me llevó de nuevo a la plaza de
la Cultura y allí los dos esperamos a que llegase Beatriz.
En tanto aparecía bajo a los sótanos de la plaza donde se encuentra el museo figuras precolombinas de oro más grande del mundo. No saco el tique pero en el hall de la entrada hay varias réplicas expuestas para hacerse una idea de lo que puede albergar el interior, además se nota el efecto del aire acondicionado. Me marco la obligación de visitarlo algún día, junto con otros museos interesantes de la cuidad, porque la arquitectura de San José no tiene ningún interés……
En tanto aparecía bajo a los sótanos de la plaza donde se encuentra el museo figuras precolombinas de oro más grande del mundo. No saco el tique pero en el hall de la entrada hay varias réplicas expuestas para hacerse una idea de lo que puede albergar el interior, además se nota el efecto del aire acondicionado. Me marco la obligación de visitarlo algún día, junto con otros museos interesantes de la cuidad, porque la arquitectura de San José no tiene ningún interés……
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