domingo, 17 de septiembre de 2017


AZAHARA  (sin medina)
Y como no tenía mucho que hacer, a eso de las 11 de la mañana, salí dirección Fermoselle, me habían hablado de que se  celebraba una concentra allí ; y  había un acto  para condenar el criminal incendio producido en las Arribes, de quien todos parecen  saber quién es el autor pero nadie puede demostrarlo.
La cosa es que llegué justo cuando salían las motos para hacer la ruta y pude sufrir en mis retinas el deplorable espectáculo, que se presenta en todo el territorio colindante con  Fermoselle,  encinas calcinadas, campos devastados… pena, pesar, ira mal contenida y ganas de cortarle las uñas al pirómano por  encima de los codos.
A lo largo de la mañana,  las cosas se fueron calmando y  se acabó con una visita a la residencia de ancianos de  la localidad, donde los abueletes disfrutaron mirando las motos y alguien, no se quien, hizo un improvisado y emocionado  discurso y mencionó a su hermano  muerto en accidente de moto hace cerca de dos décadas y que su hija  hace dos años llevó al altar el casco de moto del fallecido como homenaje
A eso de las 3 de la tarde  un grupito  pensamos en ir a comer a un sitio de agradable aspecto, un caserón  con cerca de un siglo, piedra pura, arquitectura recia,  y un comedor acogedor, con la suficiente elegancia  para simular estancias palaciegas de otra época.
Precios más que  asequibles, menú muy interesante,  magníficamente cocinado, trato exquisito por parte de la maître, Isabel, que   lidiaba con los clientes con estilo y maestría de una profesional de rancio abolengo.
Pero lo que me llamó la atención  fue una jovencita- ¿22-23años máximo?, delgadita ella,  cabello negro recogido en una discreta  coleta baja, con su delantal negro, que se mantuvo en todo momento a dos pasos atrás de la maître,  unas manos  enlazadas  a la espalda, unos ojos ávidos de conocimientos que  parecían absorber casa movimiento de su maestra, atendiendo pronta a cualquier indicación tanto de ella como de los clientes.
Me  impactó esa especie de saber mantenerse en la sombra, evitando cualquier protagonismo, asumiendo su papel de aprendiz en las artes de la restauración.
En un momento le pedí permiso para hacerle una foto a lo que  accedió.
Después  me dijo su nombre Azahara, (bella como una flor) según traduce la Rae.
Esta jovencita, con una educación sublime, con un saber estar impresionante y con unos modales dignos de una princesa  según pude saber después es una brillantísima estudiante de humanidades en cuyo cuaderno de calificaciones abundan las matrículas de honor;  además de una alumna aventajada en la hostelería.
Como no puede ser de otra manera le manifesté a su jefa, la maître Isabel  que me había impresionado  la calidad y la calidez de esta chica, de Azahara pidiéndole que le transmitiera  mi agrado por su comportamiento..
Si un día  vais por Fermoselle, un bonito pueblo de la provincia de Zamora  rayano con Portugal no dejéis de acercaros a este lugar con encanto, con una gran calidad en sus productos y con un personal  más que eficiente.
Y reitero  mi admiración por Azahara, no es habitual  ver una chiquilla de esa edad comportarse con tal magisterio.



1 comentario:

  1. EL ESTABLECIMIENTO AL QUE ME REFIERO ES DOÑA URRACA, EN LA CALLE REQUEJO.

    ResponderEliminar