LO MÁS DE LO MÁS… “ O’SEA”
Dicen que la juventud en todas las épocas está loca, siempre se ha dicho, lo cierto es que la juventud tiene carencias de conocimientos y de información que se van rellenando con el tiempo.
Todos fuimos jovencitos una vez, todos cometimos “locuras de juventud”, todos quisimos saber más de la vida aunque el sistema se encargaba de que las cosas sucedieran en su momento siguiendo un orden cronológico establecido. 
Aunque cueste creerlo la verdad es que está surgiendo una nueva tendencia, que cada día está más extendida entre las chicas de 20-25 años, mas menos; esas del flequillo y la plancha para el pelo, las de última moda mercadillera, móvil de 5G, - aunque no haya “pa pan”. Esas chicas ( algunas), no todas, a tan corta edad ya han dado la vuelta al mundo más deprisa y más veces que Willy Fog; chicas que están de vuelta de todo, pero que su juventud sigue teniendo inquietudes y curiosidades propias de su edad.
Algunas de estas jovencitas, han incluido en sus retos o en sus inquietudes enrollarse con hombres, no maduros; muy maduros, pasar una temporada con ellos, experimentar sensaciones contradictorias y diferentes con lo que es el día a día con chicos de su edad.
Evidentemente no se trata de enamoramientos, se trata de pasar de un todo vale, un todo deprisa, unos minutos en el asiento trasero de un Ibiza, de un: ahí te quedas que esto llegó a su fin, una hamburguesa fría y una Coca-Cola caliente como fin de fiesta, a un apartamento, una habitación de hotel, una música interesante, un “no hay prisa”, una cena con lubina o ibéricos, una copa fría.
Se buscan hombres discretos, liberales, empáticos, desconocedores de los celos y nada acaparadores, sin vínculos familiares preferiblemente, gente que mañana te vea en la barra de un bar y “no te conozca ni de vista”, gente de “come y calla”.
La tendencia está ahí, el seguimiento no es el mismo en cada lugar, las mocitas en cuestión, al poco tiempo, de tres a seis meses de esta incursión en el mundo de los mayores, regresan a la cotidianeidad de su entorno y de su edad, pero llevan una nueva experiencia en su bagaje, una manera diferente de entender el mundo en el que habitan.
Es lo que hay.