sábado, 10 de julio de 2021

 

Hola amados en Cristo,  se que algunos  me seguís en  “moterus vetustus.blogspot.com.es” donde suelo dejar mis irreflexiones sin animo de que nadie me entienda, me de la razón o haga suyas mis opiniones, que como siempre digo suelen ser equivocadas.

Bueno,  lo cierto es que el pasado día 4 de Junio, después de una doble sesión de vacunas contra la COVID19 me propuse hacer un  viaje que llevaba tiempo deseando realizar, y aunque tenia planeados los países, nunca planeo las ciudades, nunca o casi nunca sigo los dictados de las agencias de viajes o de las oficinas de turismo, por esa razón  casi seguro que NO he estado en los lugares que tu visitaste cuando  viajaste a estos países.

Con los pertrechos suficientes para estas desde 2 días a 3 meses, lleno el deposito de “ la Viajera”, para los que no lo sepáis, es una furgonecia de 6 metros, artesanalmente preparada para llevarme a la otra punta del mundo sin sobresaltos.

Os iré contando en sucesivas entregas un poquito de como ha sido, pero en general la calificación es de sublime : montañas, cascadas, lagos acantilados playas, cervezas ( también ), gente amable y servicial, en definitiva una gozada.

Pero hoy quiero rendir un pequeño homenaje a la familia de Lorenzo Mosconi, un joven de Caorso, (Piacenza), a las orillas del Po.

Después de un susto tremendo decidí que necesitaba una cerveza bien fría y serenar el animo, así que me senté en una terraza vacía y calurosa pedí una cerveza y la disfrute con calma; cunado un joven de unos 25-30 años se me acerca y le invito a sentarse; hablamos en “hispaliano” y al final me invita a su casa después de litro de birra por cabeza, me presenta a su padres, Danielle y Giovanna, un matrimonio mas joven que yo, amables y educados que me ofrecen su casa.

Después, me lleva da a casa de ,los abuelos, colindante con la suya, Elio y Angela, dos deliciosos abuelitos de 86 y 83 años que se muestra tan hospitalarios como su hija y su yerno y me regalas unas verduras de su cosecha y una botella de vino elaborado por ellos mismo,

o contentos con eso visitamos al tío Luigi y a la tía Susana, que no sudan en abrir una botella de vino cosechero y sacar un tremendo salchichón que acabó sucumbiendo a la voracidad de los que le teníamos cercado en la mesa.

charla distendida hasta bien entrada la noche, café expreso a la mañana siguiente y despedida con abrazo cálido y sentido,

muchos kilómetros he rodado en solitario por mas de 24 países, y es la primera ocasión en que alguien me ha abierto su casa a las 2 horas de conocerme, sin ningún tipo de restricción.

Gracias familia Mosconi Aradlo





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