miércoles, 6 de febrero de 2019

QUIEN PAGA LAS PENSIONES


PENSIONES…. ¿QUIEN LAS PAGA?
Como todos sabéis, el debate de las pensiones está al cabo de la calle,  sin que los ciudadanos tengamos posibilidad de dar nuestra opinión al respecto salvo que salgamos en manifestación a las calles a expresar nuestra disconformidad.
Este tema está generando enfrentamientos dialecticos entre los partidos políticos, pero lo que sí es cierto es que sus “pensiones” se revalorizan año tras año por encima del IPC y sin esperar a  la aprobación de los presupuestos generales del estado.
La pregunta más repetida a lo largo de los últimos años es ¿Quién va a pagar mi pensión?
Pero a esa pregunta nunca se le da respuesta y en mi más que modesta opinión quisiera responderla, a riesgo de estas equivocado.
De vez en cuando oigo a determinados jóvenes y no tan jóvenes, que son ellos los que pagan mi exigua pensión; pero ese concepto quiero matizarlo.
Pagué mi cotización a la seguridad social durante 44 largos  años ininterrumpidos así que  me da la sensación de que  nadie me está pagando mi pensión sino que me la fui anticipando yo año a años, mes a mes, día a día...
Pero lo que sí es cierto que YO, como otros muchos,  pagamos la sanidad, la educación, la formación, la universidad, de una generación que  en muchas ocasiones no ha contribuido en nada a las arcas estatales.
 Es posible jovencito que  ahora que trabajas en precario después de haberte dormido en los laureles, después de dejar morir el espíritu de lucha de la transición y de aborregarte detrás de una consola o de un  ingenio electrónico cualquiera, protegido por el paraguas familiar que te mantiene como parasito en tu casita mientras tus padres se descuernan  haciendo  malabares para conseguir un plato de sopa, pero que a ti no te falte para tus cañitas y tu Mac.
Es el momento de espabilar, de salir a la calle y no solo a partir de las 2 de la madrugada los viernes y sábados,
Es hora de salir a reivindicar,  algo que es absolutamente necesario,  pero también es hora de  currar, de dejarse las pestañas detrás de una lámpara currándose las notas y no esperando  que la ciencia infusa nos llegue a través de la divinidad.
Cuando se deja de bracear, la corriente nos arrastra, cuando se deja de estudiar, la tontuna y la mediocridad nos invaden y luego no queramos trabajar de ingenieros sin haber terminado la básica.
La inmovilidad geográfica y ocupacional ha pasado a mejor vida, el sedentarismo acomodaticio de determinada parte de la juventud solo hace que perjudicaros, la sobreprotección paterno-materna, os convierte en parias sociales sin capacidad de análisis y de tomar vuestras propias decisiones.
En fin vosotros mismos angelitos, pero si no espabiláis, sí que es claro que ni vosotros por adelantado ni nadie por atrasado va a pagar un céntimo para el día que paséis al retiro.




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