CUENTO PARA NO INICIADOS
Dice la leyenda que en un lejano rincón del universo casi
completamente rodeado de agua por
procelosos mares, existía un maravilloso país, cuyo nombre no recuerdo.
Cuentan esas mismas
crónicas que por ese maravilloso país, a lo largo de los milenios fueron
recalando las más importantes culturas
existentes en el planeta y que todas ellas fueron dejando su poso de sabiduría
y ciencia, que los lugareños fueron incorporando a su propia cultura.
Les enseñaron técnicas de labranza, de ganadería de construcción, de
artesanía de arquitectura, en fin miles y miles de incorporaciones culturales
se fueron haciendo a lo largo de los
siglos.
Este país, a pesar de
todas las cultura que por él han pasado dejando su impronta, a fecha de hoy
parece haber olvidado todos esos aprendizajes y legados , parece haber recalado
en un estado de tontuna , de alienación; más carentes, cada día de neuronas
útiles.
Después de 40 años de
dictadura y otros 44, más o menos de democracia, o como se diga, nuestros amados líderes
políticos siguen manejándonos como a rebaños.
Nacemos del Betis y
morimos del Betis, nacemos socialistas y morimos socialistas, nacemos
conservadores y morimos conservadores.
Y lo triste de esto es que esos conductores de masas lo saben, y saben de
nuestros sentimientos, de nuestro incondicional apoyo al partido de nuestros
amores; ellos desde sus torres de
cristal siguen viviendo con privilegios muy superiores a los
del rebaño; salarios superiores, pensiones infinitamente superiores,
retenciones de IRPF inferiores a las del rebaño.
Cada partido, desde
hace 40 años viene diciendo que ellos son los mejores, los más honrados, los más
legales, los que más se implican en las mejoras de la clase baja y los que van a proporcionarnos una educación, una sanidad y una seguridad muy
superior a la que el partido de la oposición nos pueda ofrecer.
Y nosotros incautos
les seguimos votando culpando a la oposición
de nuestras desdichas y fracasos.
Me voy a permitir
hacer un símil de los partidos políticos actuales con lo que debe ser la construcción
de un gran país, donde los ciudadanos
tengan una vida digna.
Pongamos que el PP fuera el cemento; el cemento por sí solo no consigue construir una
casa, no tiene consistencia ni apoyos
Llamemos al PSOE el
acero, es consistente, es duro, pero nunca he conocido un edificio construido
exclusivamente con acero, y aunque lo
hubiera no sería nada confortable.
Al partido Ciudadanos le asignaremos el estatus
de arena, elemento que se dispersa y se extiende en una aridez absoluta, que
los vientos desplazan con facilidad de un sitio a otro, así que como mucho serviría para que los ratones horaden sus
madrigueras bajo su superficie.
Finalmente a los morados de
Podemos, les convertimos en agua,
lugar de residencia de los peces, pero
inasumible entender que un humano pueda vivir en las mínimas
condiciones de seguridad en un lecho de agua.
Pues bien; ahora es cuando
el ingeniero, director de obra, debe tomar las cantidades correctas de agua,
cemento, arena, acero y con inteligencia, muchos cálculos matemáticos, y
personal cualificado para ello, podrá construir un edificio cómodo, estable, resistente
y duradero para ser habitado.
Quiero decir con
esto; y creo que no es necesario explicarlo más que con las teorías de Barrio
Sésamo, que si el PP tiene una idea
genial, el PSOE otra, Ciudadanos una tercera
y los de Podemos, aportan su genialidad, pues entre los cuatro generando
ideas y el resto aceptándolas podrían hacer de
este país algo más que habitable.
Pero no, eso no llegará nunca, no puede haber pactos,
no se puede hacer el mortero para la obra, debemos dejas que los infelices votantes sigan creyendo en su ingenuidad que con el
acero por un lado, la arena por
otro, el cemento aparte; y el agua en la
otra esquina, cada uno por su cuenta llegará a levantar esa torre de
Babel. Evidentemente como esto no es posible
no asumiremos nuestra inutilidad individual, sino que culparemos a los
otros elementos del fracaso.
Supongo que dentro de
100 años, salvo que venga un poder intergaláctico o una generación de inteligencia artificial que nos domine,
nuestros sucesores seguirán defendiendo el azul, el
rojo, el morado o el naranja.
Somos incorregibles
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