Hace muchos años que la sociedad civil, las instituciones,
los grupos sociales, incluso los partidos políticos, han dictado normativas encaminadas a insertar
socialmente a las personas que tiene algún tipo de limitación, bien sea física,
bien psíquica, o sensorial.
Me parece una
decisión extraordinaria, la verdad,
es que he visto gente integrada en casi todas las instituciones, pero lo
que no he visto y difícilmente veré, es un chico, una chica con síndrome de
Down, como representante de algún
partido político, con un acta de concejal, de diputada o de senadora.
Lamentable la doble moral de los partidos.
Es que una cosa es predicar y otra dar trigo
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