lunes, 1 de enero de 2018

primera entrada de 2018

EMPECEMOS CON BUEN PIE

A lo bobo a lo bobo, como que no quiere la cosa, pasito a pasito, como dice la  canción de Luis Fonsi, nos hemos machacado el 2.017, en un minuto;  36 segundos que es lo que nos hemos despistado al tomar las uvas y otros 34 en dar el abrazo y el beso de rigor a los amigos y familiares, pues nos hemos  metido en el 2.018.
Así a primera vista no dice nada, se pasa del 17 al 18, pero en un análisis más profundo, hecho a las 10 de la mañana, sin vapores etílicos ( bueno puede que alguno sí), os quiero decir que el 18 representa mucho en la vida del ser humano,  es cuando alcanza la mayoría de edad, puede votar, puede sacarse el permiso de conducir, puede emanciparse; así que este siglo acaba de alcanzar su mayoría de edad, su momento de emancipación, aunque también creo, que no se va a emancipar, que se va a quedar en casa, levantándose tarde, rascándose la barriga, pidiendo subvenciones para seguir viviendo del cuento como los 17 años anteriores y es posible que se apalanque en su cuarto, hasta los 40, sin hacer nada.
No buscará soluciones a los problemas de las migraciones obligadas, a las guerras mantenidas y fomentadas por  el primer mundo,
No dará un palo al agua para acabar con las dictaduras imperantes en  montones de países y cerrará los ojos al sufrimiento de los demás, oculto en el cálido cobijo de su mamá que le seguirá mimando como cuando era bebé.
No buscará soluciones a la  contaminación ambiental, al expolio de recursos naturales, a la destrucción de la Amazonía y seguirá riéndole las gracias a los  poderosos mientras machaca a los débiles
Seguirá sin conceder becas para la investigación y el desarrollo, seguirá buscando  triquiñuelas legales para que los súper capitalistas sigan pagando menos impuestos que los mileuristas (el que llegue)
No pondrá especial interés en proteger a las mujeres y a los niños maltratados, a los ancianos abandonados, a los enfermos aquejados de enfermedades raras, recortando recursos  de las arcas estatales para estos medios,  y para la investigación médica, en beneficio de financiar más generosamente a partidos políticos y entidades financieras.
Seguirá pagando salarios escalofriantes a señores cuyo único valor es darle patadas con  estilo a una pelota, golpear una bola con un palo, o encestar en un aro pequeñito desde una determinada distancia, pero que tienen  el infinito valor para el sistema de  servir de SOMA, para  la mayoría de los   aborregados ciudadanos del mundo, mientras que  los científicos sobreviven a base de becas cada vez mas escasas y raquíticas
Este siglo, al alcanzar su mayoría de edad, va a seguir siendo como en  los años anteriores, no se va a sacrificar por nosotros, va a seguir protegiendo a los poderosos, que para eso son poderosos y se encargan de mantener sus doctrinas con mano férrea para evitar que la plebe se salga del camino.
Cada cierto tiempo nos permiten creer que somos de su clase, nos dejan degustar mariscos, cavas, estrenar vestidos, asistir a fastuosos eventos donde nos sentimos en una nube de algodón, hasta que llegada las 7 de la mañana salimos de nuestra nube de algodón y  con un más que posible componente de resaca y dolor de cabeza, volvemos a pisar el frio y duro adoquinado de la calle.
El siglo 21, en su cumpleaños 18, no dejará de ser un número que va estableciendo la cronología de una raza, la humana  que desde sus comienzos en la época Neanderthal, hace 230.000 años, era dirigido por los más fuertes que manejaban el garrote con maestría y profusión, aplastando la cabeza de quien se atrevía a desafiar su autoridad; ahora el garrote ha sido sustituido por  el ERE,s,  el despido libre, las jornadas de 14 horas, los contratos por obra  y  los salarios miserables.
No nos preguntemos como diría un americano, qué  puede hacer el 18 por nosotros, preguntémonos  qué podemos hacer  nosotros por el 18¸y lo que es más importante,  que podemos hacer por nosotros mismos.
Abrazos, y adelante




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