…Y VAN 48….
48 mujeres muertas en 52 semanas, 48 víctimas que en un alto porcentaje habían dado la voz de
alarma, pero que, o bien esa señal no había llegado a quien debía de oírla, o
bien esa institución ha hecho oído sordos a esa llamada angustiosa.
Acabo de escuchar a María Ángeles Carmona, presidenta del observatorio
contra la violencia de género,
hablando los típicos tópicos, las frases
vanas, pero a la vez grandilocuentes, como “poner en valor,” “acometer los proyectos”. “evaluar situaciones”,
“esperemos que sea la última” implementar medidas…., pero en definitiva las cosas
siguen como antes, eso sí, con más publicidad, con más datos estadísticas más fiables y con más “intento de suicidio por parte del asesino”.
Me consta que hay asesinatos que
son absolutamente inevitables, pero otros muchos sí que se
pueden evitar.
Pero como siempre, cuando una mujer
muere, los minutos de silencio surgen como las setas en las principales plazas
de las localidades donde sucede, pero al día siguiente salvo los más cercanos,
olvidan en tema y a esperar una nueva situación tan dramática en otro lugar de
la patria y repetirlos signos de repulsa.
Hay mil organizaciones,
instituciones, fundaciones, que crecen
al amparo de las mujeres maltratadas o asesinadas y la tendencia al maltrato,
al dominio del macho, a la educación hegemónica
del varón continua…. La hembra pone la
mesa, mientras el macho se despatarra en el sofá, ejemplo que sigue la prole engendrada por esa familia, y por
ende en toda la sociedad.
Al maltratador, se le encierra,
le se condena sin redención; y se le engrilleta con pulsera de seguimiento de
por vida.
Permitidme que me de la risa lo de las órdenes de alejamiento a 200
metros. ¿Qué coño puede hacer la policía si rompe la orden de solo 200 metros? por favor, que menos que 200 kilómetros, que la pulsera
marque constantemente su ubicación, que para eso son las pulseras telemáticas y
si la incumple de tiempo a localizarle, y
a partir de ese momento encerrarlo entre
4paredes.
Los suicidas post asesinato, (presuntos suicidas) planean, organizan y
finalmente ejecutan sus planes con una
efectividad del 90%; pero en el caso de la ejecución de los suicidios
su eficacia llega a ser de menos de 20 %.
Esto me lleva a la convicción personal de que el maltratador – suicida no tiene el menor
interés en acabar con su vida, y que en la mayor parte de los casos no deja de ser una
estratagema para que un equipo de psicólogos les de unos puntitos de
desequilibrio mental, tendentes a rebajar en uno o dos grados la condena. Y si en alguna ocasión muere es
porque se le ha ido la mano en sus cálculos.
En definitiva, lo hacen con calculadora, analizando los pros y
los contras que su criminal acto, a la hora
de asumir responsabilidades.
Cuando las autoridades,
principalmente las legislativas, se decidan a tomar el toro por los cuernos
y refundir esa intrincada maraña de
leyes, reales decretos, normas adicionales, en una sola ley , clara, concisa, contundente
y concreta, que retire de las circulación a estas bestias, cuando se promulgue una ley de educación I G U
A L I T A R I A, en la que los derechos
y deberes de la ciudadanía en
general sean los mismos, en donde se
castigue a los entes privados y públicos por su
manipulación de las personas en razón de su género, entonces solo
entonces se podrá ir reduciendo este tipo de hechos, que por una parte son los
lodos que deja esa educación supremacista del macho y por otra parte señala la
ineficacia de las instituciones ante un problema que lejos de desaparecer,
parece irse incrementando año tras año.
Sean moderadamente felices y,
cooperen en lo que puedan a erradicar estos comportamientos, intervengan en
situaciones de riesgo como cuando defienden los colores de su club de futbol,
denuncien sin miedos (mañana pude ser vuestra hija) o vuestra nieta.
Que el año entrante os de un poco más de sensibilidad, un poco más
de objetividad, algo más de concordia y valor para levantaros ante situaciones
tan deplorables como las que ha sucedido a día de hoy, 48 veces en nuestro país.
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