miércoles, 7 de junio de 2017


VISITA A CENTROAMERICA.
INTRODUCCION.
1.-
Un día cualquiera del mes de Julio de 2.016, una tarde cualquiera, calurosa eso  sí, en una terraza situada  a las orillas del Tormes, como otras muchas tardes, después de dar un paseíto con mi Shadow 750, me paro  tomar una cerveza fresca.
En tanto el saboreo  miro el entorno, estoy en la margen izquierda del río,  cerca del puente Enrique Esteban (el de hierro de toda la vida)  el que diseñó el arquitecto Eiffel, el de la torre.
Escasos clientes,  así que con la música suave, puedo, con mi oído de tísico escuchar una conversación que se desarrolla en la mesa cercana entre una joven de largos cabellos negros y un chico con cierto aire árabe, los dos hablan en  español un tanto diferente al mío y ella tiene acento hispano.
Mi condición  confesa de “viejo del visillo”  me hace centrarme en lo que escucho, y  ella  dijo algo de Costa  Rica.
Hace años que, al ir en un bus desde  Salamanca a Madrid, mi vecino  de asiento, me contó maravillas de este País y desde entonces sentía curiosidad por tener noticias de primera mano, así que  haciendo gala de mi  descaro, giré mi silla de plástico y le pregunté, si era de  Costa  Rica. La chica con una sonrisa un tanto tímida me respondió: sí señor, para servirle.
Me presenté y le hable de mi interés por saber de su  país y de la posibilidad de un día no lejano, ir a recorrerlo. La chica me ofreció compartir su mesa conmigo, cosa que le agradecí y desplace medio metro mi silla hasta situarme frente a ella.
A partir de ese comento una batería de preguntas sobre su país,  salieron disparadas de mi boca y ella fue respondiéndolas con agrado sintiéndose orgullosa de su país de un mundo y de sus bosques y playas.
Traté de quedar con ella  para el día siguiente, pero me dijo que regresaba a Valencia donde tenía familia y que a los dos días volaba dirección a Centroamérica, por lo que era imposible mantener una nueva vista.
Quise invitarles a una copa de vino, que es lo que tomaban pero muy educadamente,  ella rechazó la invitación
Como vi que el chico no  abría la boca me miraba con  extrañeza y tal vez con cara de fastidio por haberles abordado sin  causa justificada, opté por pedirle a ella en un medio de mantenernos en contacto.
Nos pasamos face y teléfono y les pedí disculpas por mi atrevimiento, me levante de la mesa y regresé a mi casuca más contento que un  niño con zapatos nuevos imaginándome por esas tierras como los viejos colonizadores.
Esa misma tarde-noche intercambiamos algunos whatsApp, y poco a poco, me fue invadiendo de nuevo el gusanillo de escaparme a Costa Rica en cuanto me fuera posible.
Me metí en internet,  empecé a ver  documentales,  artículos, escritos, noticias que tuvieran  que ver  con  el país de los Ticos.
Acabé durmiéndome tardísimo para lo que es habitual en mí, que me acuesto con la caída del sol o poquito  después.
Durante  unos meses la idea se fue madurando, los mensajes con aquella chica, que se llama Beatriz N. G.  a la sazón prima de Keylor  Navas Gamboa, portero el  Real Madrid por esas fechas y creo que  a día de hoy campeón de liga y copa de Europa., pero bueno eso no es  relevante, aunque mola ser  amigo de la prima de Keylor
Previamente Beatriz   me había ofrecido alojamiento en su  casa de  San Isidro del General, una población de unos 100.000  habitantes, en medio de un valle precioso según ella, y  un tanto equidistante de todos los lugares
Descargo un mapa del país y más o menos hago un plan de viaje, contando más o menos con las condiciones de España, en lo  referente a buses, trenes,  y otros medios de transporte colectivo. Usaría la casa de Bea como base y desde ella haría  rutas de dos semanas recorriendo parques naturales, playas caribeñas o pacíficas, volcanes, cascadas… y en alguna ocasión, estaba previsto alquilar o comprar una moto para los desplazamientos.
Iluso de mí que no hice las preguntas pertinentes, dando por sentado que  si  el país está en medio de la tabla de renta per cápita y de PIB pues las cosas  serían más económicas (léase Baratas),  que los buses las carreteras y los trenes  tendrían cierta similitud con los que aquí tenemos.
Llegado el periodo Navideño, retomo la idea y empiezo a ver vuelos  económicos (Vuelva a leerse baratos) aunque fuera con escalas,  que la economía no es muy boyante  así que  en unos días encontré algo que me pareció muy interesante y sin calcular demasiado  saqué un billete de ida y vuelta a 89 días visto con una compañía colombiana…..

… y un día de estos, os contaré mas.

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