AGRESIVIDAD INCONTROLADA.
Ayer veía en un noticiario televisivo, como un padre de tres niñas
americanas, pertenecientes al equipo de atletismo de EE.UU., se lanzaba como un
poseso sobre el incalificable médico de la federación, que había abusado de
ellas cuando eran menores de edad; y puede que a muchas personas les parezca
una salida de tono, pero yo personalmente
le entiendo y le apoyo; un padre
de cuyas hijas ha abusado tal elemento se merece que le partan algo más que la
boca, pero bueno, para eso se hizo la
justicia y también creo que la juez actuó con criterio no dándole el minuto que
solicitaba a solas con ese degenerado, ya que en definitiva se pasará el resto
de su existencia en una celda.
Ahora bien, fuera de este caso puntual y otros similares, hay una agresividad mal entendida y mal
contenida en las redes, que le hace a uno temblar.
También alguien ayer en un flash
de Facebook decía algo así, como
que “policía, o Guardia civil muerto, un hijo puta menos”.
La respuesta masiva en las redes tampoco se hizo esperar; los insultos, descalificaciones, las
referencias a la manera de terminar con su vida, los métodos de tortura
que se usarían con él, sin llegar a matarle para que sufra horriblemente antes
de morir, las referencias a la profesión
de su madre, al desconocimiento de la identidad de su padre, son de lo más variado.
Parece mentira que en ser humano, ante
el deseo de un ser, que por otra parte demuestra no tener un alto coeficiente
intelectual, interactúe de esta manera.
Con esas respuestas, no hacemos más
que darle vidilla, a una serie de seres, que su único momento de gloria en la
vida, va a ser leer una serie de epítetos dirigidos a ellos, que por otra
parte, ya eran conscientes de que
formaban parte de su vida.
Cada vez que un “destalentado”
escribe una maldición a un grupo profesional, político o religioso de
este país, la legión de defensores mediáticos, se desahoga vociferando y
echando bilis y espuma por la boca,
haciendo afirmaciones que seguramente, si tuvieran la oportunidad real, no se atreverían
a ejecutar.
A ver si nos vamos dando cuenta de que
responder a estas gente, retwitear sus
“lindezas”, es hacer de voceros de una serie de bocazas, que solo buscan
publicidad gratuita a sus exabruptos, y nosotros cándidamente les
hacemos el trabajo.
Afortunadamente la ley y la justicia están ahí para coger a estos seres
de lengua envenenada, de úlceras de estómago
producidas por su odio, su aislamiento social, si insignificancia y su infelicidad.
No seré yo quien le dé un compartir a las olas de odio y veneno que estos elementos destilan.
Tengo cosas más importantes que hacer con mi vida; tengo amigos,
familia, aficiones, en definitiva, cosas que llena mi tiempo y mi espacio sin tener un segundo de
tiempo para responder a libelos,
insultos, descalificaciones y deseos
mezquinos de gente no menos mezquina.
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